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Arquitectos: Esteras Perrote
- Área: 75 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Andrés Dominguez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada en las afueras de Córdoba, inmersa en un entorno natural, el encargo surge de la necesidad de refuncionalizar una vivienda pensada originalmente para una familia numerosa, que en la actualidad no logra adaptarse a las necesidades de los usuarios. Con el paso del tiempo, ciertos espacios han dejado de tener una función específica y requerían ser repensados. El objetivo del proyecto fue generar una unidad independiente, que pudiera funcionar de manera autónoma para visitantes externos, o bien tener la posibilidad de integrarse con la vivienda principal para usos esporádicos de los hijos.
La nueva arquitectura se adosa a la vivienda existente a través de la planta alta, proporciona un espacio adicional que les permite a los usuarios disfrutar de las vistas del bosque y aprovecha al máximo el entorno natural.
Adosar. En planta alta, en una terraza carente de uso, se asienta el volumen habitable, conformado por una estructura modular metálica que alberga el programa.
Para dar solución a la necesidad de crear un espacio independiente y funcional en la vivienda, la estructura metálica utilizada para la ampliación ha permitido que el módulo se integre perfectamente a la estructura de la vivienda original, y al mismo tiempo, proporciona una gran versatilidad a la hora de distribuir los espacios interiores. El resultado es un volumen que parece flotar entre los árboles, ofreciendo una experiencia única a los usuarios y a los visitantes.
En cuanto al programa, el módulo habitable cuenta con todos los elementos necesarios para funcionar de manera independiente, incluyendo un dormitorio, un baño y una cocina. En donde el concepto modular, hace posible adaptar el espacio a las diferentes necesidades y usos.
Reutilizar. El espacio vacante es el escenario ideal para albergar el espacio social. La cocina se proyecta como elemento neurálgico, como punto de encuentro, de reunión; todo sucede alrededor de la isla, con la vegetación de fondo que irrumpe en el espacio. A partir de un dintel que abre el paso y un umbral de madera maciza sobre el suelo, se vinculan los espacios. Un dormitorio se convierte en living, ampliando el programa y manifestando el diálogo entre lo nuevo y lo existente.
Expandir. Sobre un jardín en planta baja que se abre a la calle y recibe a los visitantes, la escalera, como protagonista de este espacio, se desmaterializa en sus elementos esenciales para lograr conectar el abajo con el arriba. Sutilmente apoyada en su llegada, balconea en su descanso al bosque de algarrobos para luego acceder a la terraza, un espacio intermedio contenido, que expande el programa y permite que sucedan cosas. Se utilizó estructura metálica como soporte, y también, metal como límite vertical que permite un espacio contenido, que nunca pierde contacto con los árboles y el entorno natural.
Obra. El proceso constructivo se pensó con el objetivo de sistematizar el montaje y garantizar fluidez, explorando al máximo el trabajo con metal.
La estructura se conformó con perfilería y caños estructurales. Mientras que los cerramientos verticales se fueron pensando cada uno según las necesidades. La envolvente exterior está conformada por capas, y genera una fachada ventilada que garantiza su buen funcionamiento para la adversidad climática. La chapa plegada exterior permite la circulación de aire entre esta y el panel que define el espacio interior y garantiza su estanqueidad.
El cerramiento exterior está integrado por una estructura de ángulos y perfiles T que abrazan el metal desplegado. En algunos casos son fijos, y en otras móviles que permiten la conexión con las copas de los árboles.
